«Cuesta que se reconozca el papel de las mujeres en la gestión del territorio, aunque cada vez somos más»
María Lavao es ingeniera forestal y la impulsora, junto a su compañera Soraya, de Florestasur, una cooperativa de mujeres en Galaroza (Huelva) dedicada a la restauración ecológica, la producción de flora autóctona y la creación de empleo verde en zonas rurales. A través de un enfoque innovador que combina ciencia, conocimiento del territorio y acción social, Florestasur regenera ecosistemas al tiempo que genera oportunidades de empleo para las mujeres de la zona. Este proyecto no solo impulsa la economía circular y fomenta la biodiversidad, sino que también fortalece los lazos de colaboración entre las mujeres del medio rural. Con pasión y determinación, María anima a otras mujeres a creer en sus ideas, buscar alianzas y atreverse a emprender en el medio rural, superando los desafíos para crear un impacto real y duradero.
¿Cuál es tu vínculo con el mundo rural? ¿Has vivido siempre en el mundo rural?
Soy ingeniera forestal y desde hace años trabajo en Sierra Morena. Aunque crecí en un entorno urbano, siempre tuve una conexión profunda con la naturaleza y con las comunidades rurales, donde encontré el sentido de mi trabajo.
¿Qué te motivó a iniciar tu actividad (desplazarte al entorno rural en su caso)?
Después de años en el sector privado, sentí la necesidad de crear un proyecto que uniera ecología y justicia social. Quería demostrar que la restauración del territorio puede generar empleo digno, especialmente para mujeres del medio rural.
¿En qué consiste tu proyecto? ¿Dónde encontraste la inspiración para desarrollarlo, cómo surgió la idea?
Florestasur nació para impulsar la restauración ecológica y la producción de planta autóctona. La idea surgió de una conversación entre mujeres con distintas trayectorias, pero un propósito común: cuidar la tierra y crear oportunidades en el territorio. Cuando estábamos formulando el proyecto se aprobó en el Parlamento Europeo la Ley de Restauración de la Naturaleza, con unos ambiciosos objetivos de reforestación de zonas degradadas lo que nos motivó a seguir adelante con la idea; ya teníamos una necesidad en el mercado.
¿En qué punto está tu proyecto (empezando, reformulando, es un negocio familiar…)?
Estamos consolidando nuestra primera línea de vivero forestal y educación ambiental, tras recibir apoyo de fundaciones como Unicaja, Moeve o Coca-Cola Gira Mujeres. Además, estamos desarrollando el proyecto Micorriza Sur, centrado en la innovación ecológica.
María Lavao y Soraya Pujol
¿Cómo te preparaste para desarrollar tu idea de negocio en el medio rural? ¿A qué servicios acudiste? ¿Te sirvió de apoyo?
Nos apoyamos en programas de emprendimiento social y cooperativo, y en redes como FADEMUR y Andalucía Emprende. También hemos recibido mentorías especializadas en sostenibilidad e innovación.
¿Con qué barreras te has encontrado para desarrollarlo? ¿alguna específica por ser mujer? Específicas del medio rural y otras que considere importantes.
Las principales barreras han sido administrativas y de acceso a financiación, especialmente en zonas rurales. Sobretodo encontrar la ubicación perfecta para desarrollar el proyecto, al estar ubicadas en un parque natural existen limitaciones adicionales para poner en marcha un negocio. También hemos enfrentado la invisibilización del liderazgo femenino en el ámbito forestal.
¿Cuáles son las mujeres referentes que te han inspirado? ¿Alguna relacionada con el medio rural?
Me inspiran mujeres como Jane Goodall y Greta Thunberg, por su valentía para defender la naturaleza y transformar la conciencia ambiental. También admiro profundamente a todas las mujeres del medio rural que son guardianas del conocimiento, que cuidan la tierra y mantienen vivas las tradiciones que sostienen la vida.
¿Crees que tu sector (producto/servicio) está muy masculinizado?
Sí, especialmente el ámbito forestal y agrícola. A menudo cuesta que se reconozca el papel de las mujeres en la gestión del territorio, aunque cada vez somos más.
¿El apoyo recibido al desarrollar tu proyecto ha provenido de hombres y mujeres por igual?
Ha sido mixto. Hemos encontrado grandes aliados en hombres comprometidos con la igualdad, pero el acompañamiento entre mujeres ha sido esencial para sostener el proyecto.
¿Cómo crees que tu proyecto afecta al tejido o la economía de tu comunidad? ¿y qué valor añadido aporta al medio rural?
Genera empleo verde, impulsa la economía circular y fomenta la biodiversidad. Además, refuerza el sentido de pertenencia y la colaboración entre mujeres del medio rural.
¿Cómo conociste el Programa Desafío Mujer Rural? ¿En qué ha ayudado al desarrollo de tu idea?
Lo conocí a través de FADEMUR. El programa me permitió poner en valor la parte social de Florestasur, mejorar nuestra comunicación y conectar con otras emprendedoras rurales.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Queremos poner en marcha nuestro vivero forestal en Galaroza y seguir desarrollando talleres ambientales con colectivos vulnerables, ampliando alianzas con universidades y cooperativas.
¿Cómo ves tu sector en el medio rural? ¿Qué recomendaciones les harías a las mujeres que quieren emprender en el medio rural?
El sector forestal tiene un enorme potencial si se vincula a la regeneración ecológica y la innovación social. Les diría que crean en sus ideas, que busquen alianzas y que no emprendan solas.
Por último, una frase con la animarías a otras mujeres a emprender en el medio rural.
Nos inspira la frase de William Carlos Williams: “Justo porque lo natural es que las zarzas desgarren la piel he procedido a atravesarlas. Evita las zarzas te dicen. No se vive evitando las zarzas.”
Emprender en el medio rural es precisamente eso: atravesar las zarzas, asumir el riesgo y la belleza del camino, creer en lo que haces, aunque duela a veces, porque solo así florece algo auténtico y vivo.