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Entrevista a Lourdes Perona

15 Nov 2024

Lourdes Perona López

«Mi proyecto es una forma de vivir en armonía con la naturaleza»

Lourdes Perona es la impulsora del Cortijo El Hoyo, una finca de explotación integral ubicada en Valdepeñas de Jaén (Jaén), donde combina la cría de ovino ecológico en extensivo, los cultivos de secano ecológicos y el olivar en producción integrada. Mediante la implementación de prácticas pioneras ha orientado la gestión de la finca hacia la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente, minimizando el impacto ecológico y maximizando el aprovechamiento de los recursos naturales.

¿Cuál es tu vínculo con el mundo rural? ¿Has vivido siempre en el mundo rural?

Mi vínculo con el mundo rural es muy profundo, ya que esta finca ha estado en mi familia desde la época de mi tatarabuelo, quien la compró a principios del siglo XX. Desde entonces, ha ido pasando de generación en generación, siendo heredada por mi bisabuela, mi abuela, mi madre y, finalmente, por mí.

Desde pequeña, siempre he estado conectada con el entorno rural, ya sea en mi finca o viviendo en un pueblo cercano, Alcalá la Real. Durante mi infancia, solía venir aquí al campo los fines de semana y durante las vacaciones, aprovechando al máximo el tiempo que estaba en la naturaleza. Y, tras finalizar mi carrera en 2011, tomé la decisión de mudarme a mi explotación de manera definitiva. Desde entonces he vivido aquí, dedicándome a gestionarla y cuidar de este legado familiar que tan importante es para mí, y construyendo una familia con el firme deseo de que mis hijas sigan mi ejemplo.

¿Qué te motivó a iniciar tu actividad en el entorno rural?

El principal motor de mi actividad fue mi padre, que sembró en mí la semilla del amor por el campo, el respeto por la naturaleza y el deseo de continuar con el legado familiar. Desde pequeña, he crecido rodeada del campo, aprendiendo sobre la agricultura y la ganadería de una manera práctica. Esta conexión con la tierra y el amor por el entorno rural siempre han sido parte de mi identidad, y mi mayor sueño era poder llevarlo a cabo. También mi deseo de construir una familia en este entorno tan idílico fue determinante para tomar la decisión de vivir en mi explotación.

¿En qué consiste tu proyecto? ¿Dónde encontraste la inspiración para desarrollarlo, cómo surgió la idea?

Mi proyecto consiste en gestionar mi finca familiar, dedicada a la cría de ovino ecológico en extensivo, junto con cultivos de secano ecológicos y un olivar en producción integrada para crear un sistema sostenible que produzca alimentos de calidad que a la vez cuiden y respeten el medio ambiente.

La inspiración para desarrollar este proyecto nació en mi infancia, cuando mi padre me enseñó a amar el campo y a respetar la naturaleza. Recuerdo pasar horas con él, aprendiendo con verdadera fascinación sobre la agricultura y la ganadería, observando cómo trabajaba la tierra y cuidaba de los animales.

Además, mis estudios universitarios en Ingeniería Técnica Agrícola han sido una fuente clave de inspiración. Durante mi formación, adquirí conocimientos sobre prácticas agrícolas sostenibles y enfoques innovadores que refuerzan mi compromiso con el respeto por la naturaleza. Aprendí sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y cómo la agricultura ecológica puede marcar la diferencia en nuestra forma de producir alimentos.

La idea de gestionar la finca de manera sostenible fue surgiendo naturalmente a medida que fui creciendo. Quería implementar prácticas más ecológicas y eficientes que beneficiaran tanto a la finca como al medio ambiente. Por eso, decidí utilizar collares GPS para geolocalizar el ganado y aprovechar la energía solar para reducir nuestra huella de carbono. También estoy comprometida en que la alimentación de mis ovejas sea completamente ecológica, utilizando lo que producimos en la finca de forma responsable.

Este proyecto es más que solo un negocio para mí, es una forma de vivir en armonía con la naturaleza y de inspirar a otros a valorar el mundo rural. Estoy emocionada de ver cómo se desarrolla y de contribuir a un futuro más sostenible para todas las personas.

¿En qué punto está tu proyecto?

Mi proyecto se encuentra en una fase emocionante de desarrollo. Aunque la finca ha sido un negocio familiar durante generaciones, yo estoy llevando adelante una reformulación y modernización de sus prácticas. Desde que me mudé aquí de manera definitiva, he implementado una serie de cambios para enfocarme en un modelo más sostenible y ecológico. A pesar de que ya cuento con una base sólida, gracias a la herencia familiar, mi objetivo es transformar esta finca en un referente de producción agrícola y ganadera sostenible. Estoy comprometida con la mejora continua y busco constantemente nuevas formas de innovar y optimizar nuestros procesos.

¿Cómo te preparaste para desarrollar tu idea de negocio en el medio rural? ¿A qué servicios acudiste? ¿Te sirvió de apoyo?

Por un lado, mi formación como Ingeniera Técnica Agrícola me proporcionó una base sólida de conocimientos sobre prácticas agrícolas sostenibles, gestión de recursos y técnicas de producción. Posteriormente, conocí Fademur, la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales, y gracias a la cantidad de cursos, jornadas y charlas que organizan estoy adquiriendo de manera selectiva los conocimientos que me faltan para terminar de desarrollar mi proyecto. Para mí, actualmente, están siendo un pilar clave en mi desarrollo profesional.

¿Con qué barreras te has encontrado para desarrollarlo? ¿alguna específica por ser mujer?

Desde el inicio de mi proyecto me he enfrentado a diversas barreras que han dificultado su desarrollo. Una de las principales fue la falta de medios en la finca, lo que limitó mi capacidad para implementar mejoras. A lo largo del tiempo, he trabajado mucho para corregir esta situación mediante diversas inversiones, lo que me ha permitido avanzar en la modernización de las instalaciones y en la incorporación de nuevas tecnologías.

Otra barrera a la que me enfrenté fue la falta de información sobre cursos y jornadas que me ayudaran a completar mi formación. Sin embargo, esta situación cambió cuando conocí a Fademur. Gracias a ellas, he tenido acceso a numerosos cursos, jornadas y charlas, y he podido conectar con otras mujeres que comparten mis inquietudes y objetivos.

Específicamente como mujer, en un sector históricamente masculinizado como el ganadero, me encontré con un entorno hostil, en muchas ocasiones, al principio de mi actividad. Algunos “compañeros” de profesión no me consideraban lo suficientemente preparada simplemente por el mero hecho de ser mujer, y en lugar de ofrecerme apoyo hubo quienes intentaron expulsarme de aquí. Mientras que para un hombre la adaptación a este entorno podría haber sido cuestión de días o semanas, para mí se convirtió en una lucha que ha durado años debido a las dinámicas de género profundamente arraigadas en este sector, especialmente en zonas rurales mal comunicadas, como es mi caso.  Sin embargo, a pesar de estas dificultades, no hay nada más fuerte que la firme convicción en mis sueños y objetivos. Mi pasión por la agricultura y la ganadería me ha mantenido firme, y hoy puedo decir que mi situación está “casi” normalizada gracias al esfuerzo constante y a la resiliencia. Estoy decidida a seguir adelante, y he aprendido que mi lugar aquí es tan válido como el de cualquier otra persona. Con el tiempo, he ido construyendo una red de apoyo y empoderamiento que me motiva a seguir luchando por mis sueños y a abrir puertas para otras mujeres en el medio rural.

¿Cuáles son las mujeres referentes que te han inspirado? ¿Alguna relacionada con el medio rural?

Desde siempre me he sentido atraída por mujeres pioneras, independientemente de su sector. Me fascinaba leer sus historias de superación, ver cómo enfrentaban y superaban obstáculos, y cómo lograban alcanzar sus metas. Estas historias no solo me han inspirado, sino que también me han brindado la fortaleza necesaria para mantenerme firme en el sector agrícola y ganadero, a pesar de las adversidades que he encontrado en el camino.

Y como referentes del medio rural, creo que todas y cada una de las compañeras que me he encontrado en el camino, las cuales luchan día a día con más ahínco que yo, si cabe, por cumplir sus sueños en el mundo rural.

¿Crees que tu sector (producto/servicio) está muy masculinizado?

Sí, lamentablemente, creo que mi sector sigue estando muy masculinizado. A lo largo de mi experiencia, he observado que la agricultura y la ganadería suelen estar dominadas por hombres, y esto se refleja en la cultura y las dinámicas del entorno laboral. Aunque ha habido avances en la visibilidad de las mujeres en el campo, todavía hay mucho camino por recorrer para alcanzar una verdadera igualdad.

¿El apoyo recibido al desarrollar tu proyecto ha provenido de hombres y mujeres por igual?

No, en absoluto. Fuera del ámbito familiar y de algunos casos particulares, el mayor apoyo que he encontrado ha sido en mujeres. A lo largo de mi trayectoria, he experimentado que muchas de las mujeres en el sector agrario son más comprensivas y empáticas con las dificultades que enfrentamos, especialmente las relacionadas con la masculinización del campo.  Aunque también he recibido apoyo de algunos hombres, este ha sido menos frecuente. La realidad es que en muchas ocasiones las mujeres comprendemos mejor los retos específicos que enfrentamos y estamos dispuestas a ayudarnos mutuamente. Estoy convencida de que fortalecer estos lazos entre mujeres en el sector es clave para continuar rompiendo barreras y avanzar hacia una mayor igualdad en el ámbito rural.

¿Cómo crees que tu proyecto afecta al tejido o la economía de tu comunidad? ¿y qué valor añadido aporta al medio rural?

Un aspecto muy importante para mí es que estoy construyendo una familia en este entorno rural. Esto significa cultivar no solo la tierra, sino también las relaciones y los vínculos que nos unen a esta comunidad. Al criar a mi familia en este ambiente, les estoy transmitiendo el amor por la naturaleza y el respeto por nuestras tradiciones, al mismo tiempo que les enseño la importancia de la sostenibilidad.

El valor añadido de mi proyecto también radica en la preservación del paisaje y la biodiversidad local. Al mantener prácticas agrícolas sostenibles, contribuyo a la conservación de los ecosistemas y promuevo un uso más equilibrado de los recursos naturales

¿Cómo conociste el Programa Desafío Mujer Rural? ¿En qué ha ayudado al desarrollo de tu idea?

Lo conocí a través de Fademur, ya que lo anunciaban a través de sus redes sociales. Para mí este programa está aportándome la información necesaria para poder poner en valor mis productos en un futuro, asentando las bases para poder completar mi sueño de ofrecer al público un producto ecológico, con una trazabilidad comprobada, y realizado de manera sostenible.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Estoy dando los primeros pasos para conseguir una certificación de calidad que me diferencie de manera significativa de los demás, para así poder encontrar unas vías de comercialización más acordes con el producto que ofrezco al público. También estoy planteándome alternativas muy interesantes que me han presentado en este curso, para complementar mis ingresos conservando mis ideales en cuanto a sostenibilidad.

¿Cómo ves tu sector en el medio rural? ¿Qué recomendaciones les harías a las mujeres que quieren emprender en el medio rural?

Veo mi sector, el agrícola y ganadero, como un campo lleno de oportunidades en el medio rural, pero también enfrenta desafíos importantes. Hay un creciente interés por los productos ecológicos y sostenibles, lo que abre puertas para quienes desean emprender en esta dirección. Sin embargo, también es un sector que aún está muy masculinizado y, a menudo, está limitado por la falta de recursos, formación y redes de apoyo para las mujeres.

A las mujeres que quieran emprender en el medio rural les recomiendo que inviertan en formación y aprendizaje de manera continua, porque van a enseñar a gestionar de manera eficiente y actualizada su explotación. También las animo a crear redes con otras mujeres del sector, ya que pueden brindar apoyo, inspiración y oportunidades de colaboración. Y, finalmente, que crean en ellas mismas, ya que es esencial creer en nuestras capacidades y nuestra visión de futuro para poder afrontar los obstáculos de una manera mucho más eficaz.

Por último, una frase con la animarías a otras mujeres a emprender en el medio rural.

He conocido a muchas mujeres que han dejado atrás sus sueños en el mundo rural por culpa de la estigmatización que existe sobre este sector y la cantidad de obstáculos que hay, por lo que les diría a esas mujeres que se lo planteen, que se atrevan sin miedo, y formen parte del cambio que está por llegar.