María González, como muchas personas jóvenes del medio rural, dejó su pueblo, Villaescusa de Haro (Cuenca), y fue a la ciudad a realizar sus estudios. Tras terminar Ciencias Empresariales en Madrid estuvo un tiempo trabajando en Barcelona, se casó y tuvo a su primer hijo. La conciliación familiar le resultaba casi imposible por las distancias de la urbe y los horarios, por lo que decidió volver a su pueblo en busca de una mejor calidad de vida.
En Villaescusa de Haro amplió la empresa familiar, una ganadería que viene existiendo a lo largo de varias generaciones, y emprendió una quesería artesanal, en la que elabora sus quesos a partir de la leche de las ovejas propias.
Conoce mejor su historia en esta entrevista realizada por El Día Digital.es.