En esta recopilación de 25 buenas prácticas se recogen experiencias de emprendimiento de personas que decidieron abandonar el medio urbano e instalarse en el medio rural. Estos ejemplos abarcan empresas, cooperativas y asociaciones de temáticas diversas, presentes en distintos enclaves rurales de toda España. Sus protagonistas narran en primera persona las ventajas y los obstáculos de emprender en el medio rural, explicando sus motivaciones para dar este paso.
De las veinticinco buenas prácticas que recoge la publicación, la mayoría están impulsadas por mujeres que han encontrado en el mundo rural el mejor soporte para el desarrollo de sus iniciativas. Mujeres que han conseguido rescatar tradiciones artesanales; elaborar quesos premiados por su calidad; gestionar su propio viñedo para conseguir un vino excelente; proporcionar un verdadero hogar para las gallinas ponedoras; conseguir que los caballos tengan un espacio para ser atendidos y cuidados cuando enferman; recuperar la arquitectura tradicional y sostenible; crear auténticos campus para deportistas de élite; elaborar licores para las noches mallorquinas; abrir escuelas que certifican la calidad que tiene hoy la enseñanza en el mundo rural, o elaborar itinerarios turísticos para personas con discapacidad visual.