“La discriminación y precariedad laboral que caracterizan el empleo asalariado de las mujeres que residen en el medio rural hace necesario promover iniciativas de igualdad (tanto en las empresas como en los municipios y zonas rurales) adaptadas a la idiosincrasia del medio rural, pero también incentivar fórmulas alternativas al trabajo asalariado que faciliten la incorporación y permanencia de las mujeres en el mercado laboral como el cooperativismo y el emprendimiento, fórmulas con mayor viabilidad y trascendencia para el futuro del medio rural”. Así lo refleja el Diagnóstico de la igualdad de género en el medio rural (2021), elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (y abordado por Desafío Mujer Rural en esta publicación)
A la luz del diagnóstico, el contexto socioeconómico y demográfico actual, en el que hay una mayor incorporación de mujeres al empleo, en el que se han trasformado las estructuras y relaciones familiares y en el que hay un mayor envejecimiento de la población, está generando nuevas necesidades sociales que representan una oportunidad para la creación de proyectos empresariales. En este sentido, para las personas que residen en las zonas rurales el emprendimiento es un reflejo de un medio rural lleno de nuevos recursos y posibilidades, “sin embargo, en el alcance y desarrollo de estas nuevas oportunidades de empleo persisten las desigualdades entre varones y mujeres”.
El empresariado (con y sin personas asalariadas) en el medio rural agrupa a un 35,5% de la población ocupada, de ésta el 24,2% son mujeres y el 75,8% varones.